Mundial 2026 en Monterrey: Alcaldes deberían cuidar los cerros y a los osos en lugar de pelear la sede
- El Apunte de Sepúlveda
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Javier Sepúlveda
¿Qué tal, amigos de TELEDIARIO? Hoy les quiero comentar sobre una respuesta que le dio hace unos días el vicepresidente de la FIFA (Federación Internacional de Futbol), al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El republicano dijo que tenía el derecho de vetar ciudades en donde se iban a jugar partidos mundialistas, en caso de que consideraran inseguras.
El vicepresidente de FIFA le recordó al presidente de Estados Unidos que es facultad solamente de la Federación Internacional de Futbol vetar ciudades, porque ellos son los organizadores y encargados de la organización y de decidir en dónde se juega y en dónde no se juegan los partidos.
Así dejó a Donald Trump con la decisión en veremos.
Mientras tanto aquí, en Monterrey, pues, da pena que se anden promocionando frases como que el Mundial se juega en Guadalupe, el Mundial es en Monterrey.
Cuando a nivel nacional se oye hablar del clásico regiomontano, los aficionados del resto del país no tienen porqué saber que el estadio de Tigres está en San Nicolás y el de Rayados está en Guadalupe.
Sin embargo, se habla del Clásico Regiomontano, simplemente, como una especie de gentilicio deportivo para ubicar rápidamente la zona en donde se juegan los partidos.
Y lo mismo será con el Mundial.
Los visitantes que vengan de todas las ciudades del mundo interesados en ver los partidos de Monterrey, sacarán un boleto para el aeropuerto de Monterrey, aunque el aeropuerto esté en Apodaca.
Y la verdad, los alcaldes, los funcionarios públicos que andan disputándose en dónde es la territorialidad y la sede de los juegos mundialistas, deberían, en realidad, ponerse trabajar.
Están depredando las montañas, hay una crisis de invasión de osos, cuando, en realidad, los invasores somos nosotros, los humanos y nos asombramos de lo que está pasando.
En realidad, en lugar de pelearse las sedes mundialistas, deberían de cuidar las montañas.
Desde Escobedo hasta Santiago, desde Santa Catarina hasta Juárez, porque ya nos estamos acabando las montañas.
La famosa ciudad de las montañas está quedando en cerros pelones. Y, mire usted, si no somos capaces de cuidar a los animales y a los osos, ni siquiera en el zoológico, pues al rato no vamos a ser capaces de cuidarnos ni a nosotros mismos.
¿Pero usted qué piensa? Soy Javier Sepúlveda. Hasta la próxima.
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