Viesca: Pueblo Mágico y un destino ideal para estas vacaciones

Viesca, Coah.- A unos 70 kilómetros de la cabecera municipal de Torreón se ubica el municipio de Viesca, un lugar catalogado como una flor en medio del desierto pues está rodeado de dunas y paisajes, un lugar en el que la calma de sus habitantes y calles cautivan para aquellos que buscan un momento de relajación del bullicio de la ciudad.

Sin duda, lo más reconocido de este municipio son las Dunas de Bilbao. 

Y es que este increíble desierto acapara todos los sentidos con su increíble y cristalina arena, sin dejar de mencionar su fauna y el relajante sonido del viento.

Aquí, los pequeños pueden deslizarse por las pendientes del camino. Y para los amantes de los deportes extremos, está la opción del motocross.

A este lugar han acudido personas de otras partes del país y del mundo, pues durante los fines de semana se habilitan las albercas y los asadores para recibir por semana hasta 700 personas durante la temporada vacacional.

En este lugar, al cual se le da mantenimiento por los propios habitantes de la Villa de Bilbao, se tiene un costo de acceso de 20 pesos por persona, el cual incluye el acceso uso de las instalaciones, incluso hospedaje para quienes desean acampar.

Sin duda un lugar incomparable con otros destinos, económico y cercano a la Comarca Lagunera para que las familias disfruten durante estas vacaciones de verano. 

Dentro del resto de los lugares a visitar en el Pueblo Mágico de Viesca se encuentran ejido Bajío de Ahuichila donde se tiene contacto con la naturaleza semidesértica, propia de esta parte del país. El Parque Juan Guerra cuenta con sus amplias áreas verdes, palapas, zonas de mesas, bancas y asadores. La Capilla de Santa Ana se ubica en la ex Hacienda de Hornos, construcción a cargo de religiosos jesuitas que se inició en el año de 1652.

Y por último, el Templo de Santiago Apóstol, ubicado también al centro del poblado, precisamente a un lado de la plaza; esta es la mayor construcción y más representativa de Viesca por ser testigo de su inicio y desarrollo.