Veterinario 'adopta' a una tigre de bengala y así ha sido su crecimiento en 4 meses

SALTILLO.- La caza ilegal de tigre de bengala ha puesto a esta especie en peligro de extinción, lo cual llevó a un médico veterinario a asumir el cuidado de una cachorrita, trabajo que no ha sido del todo fácil. 

Joan Belmares se inscribió en un programa del gobierno federal en el que se busca que particulares ‘adopten’ estos animales para posteriormente enviarlos a un santuario donde continúen su proceso de reproducción.

Luego de varios meses, el veterinario obtuvo el aval para que una tigre de bengala hembra se le fuera entregada, y así conoció a Novah. 

El deseo es poder ayudar en la conservación de esta especie, y aunque no ha sido del todo fácil, le ha dejado a él y su equipo de trabajo, una gran satisfacción emocional.

Novah llegó a Saltillo en el mes de enero, medía 42 centímetros y pesaba 4 kilos. En menos de cuatro meses, ha logrado alcanzar un peso de 22 kilos, gracias a una alimentación exclusivamente de pollo.

A pesar de su tamaño, es una cachorrita que gusta de jugar, con sus propietarios o con otros animales. Una vez que alcance su edad reproductiva, aproximadamente a los dos años, tendrá que despedirse para ir a un santuario, y avanzar en el programa que busca evitar que estos ejemplares, se aprecien solamente en fotografías o videos.

El veterinario Joan Belmares, afirma que aunque Novah es muy juguetona, nunca se le deja sin supervisión, y se cuentan con todas las medidas de protección que garanticen su seguridad. 

Mientras platicamos con los propietarios, Novah se revuelca en su jaula, luego sale en brazos, luego se pone a jugar con una figura para morder, y aunque se comporta de manera adecuada, la presencia de muchas personas puede estresarla, por lo que se busca que no sean muchos los que permanezcan en la misma habitación. 

Un día Novah tendrá que despedirse de quienes la cuidaron en sus primeros meses, partirá a un ambiente para el cual ya estará lista, y sus propietarios tendrán que dejarla ir, sabiendo que el esfuerzo valió la pena, y que con suerte, un día estos ejemplares, no necesitarán más de estos programas, y podrán vivir libres.

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SALTILLO.- La caza ilegal de tigre de bengala ha puesto a esta especie en peligro de extinción, lo cual llevó a un médico veterinario a asumir el cuidado de una cachorrita, trabajo que no ha sido del todo fácil. 

Joan Belmares se inscribió en un programa del gobierno federal en el que se busca que particulares ‘adopten’ estos animales para posteriormente enviarlos a un santuario donde continúen su proceso de reproducción.

Luego de varios meses, el veterinario obtuvo el aval para que una tigre de bengala hembra se le fuera entregada, y así conoció a Novah. 

El deseo es poder ayudar en la conservación de esta especie, y aunque no ha sido del todo fácil, le ha dejado a él y su equipo de trabajo, una gran satisfacción emocional.

Novah llegó a Saltillo en el mes de enero, medía 42 centímetros y pesaba 4 kilos. En menos de cuatro meses, ha logrado alcanzar un peso de 22 kilos, gracias a una alimentación exclusivamente de pollo.

A pesar de su tamaño, es una cachorrita que gusta de jugar, con sus propietarios o con otros animales. Una vez que alcance su edad reproductiva, aproximadamente a los dos años, tendrá que despedirse para ir a un santuario, y avanzar en el programa que busca evitar que estos ejemplares, se aprecien solamente en fotografías o videos.

El veterinario Joan Belmares, afirma que aunque Novah es muy juguetona, nunca se le deja sin supervisión, y se cuentan con todas las medidas de protección que garanticen su seguridad. 

Mientras platicamos con los propietarios, Novah se revuelca en su jaula, luego sale en brazos, luego se pone a jugar con una figura para morder, y aunque se comporta de manera adecuada, la presencia de muchas personas puede estresarla, por lo que se busca que no sean muchos los que permanezcan en la misma habitación. 

Un día Novah tendrá que despedirse de quienes la cuidaron en sus primeros meses, partirá a un ambiente para el cual ya estará lista, y sus propietarios tendrán que dejarla ir, sabiendo que el esfuerzo valió la pena, y que con suerte, un día estos ejemplares, no necesitarán más de estos programas, y podrán vivir libres.

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