María Elena por siempre

MÉXICO.- Era febrero de 2018 y en la sede del Senado de la República. María Elena Chapa recibía el Premio Elvia Carrillo Puerto 2018, por su memorable labor en favor de los derechos de la mujer en México.

Al referirse a la mujer inspiradora de este reconocimiento, María Elena dijo:

“Yo creo que sí me parezco a ella, por muchas cosas; su historia está llena de descalificaciones, exclusiones, aislamiento y discriminación”.

Su discurso fue memorable ese día, alejado totalmente de la cortesía de aquel que por agradecimiento se apega a lo políticamente correcto. Fue clara, dura, enfática.

Aquí algunos pequeños fragmentos:

“Al igual que ella (Elvia Carrillo), muchas sabemos que a cualquiera lado que te hagas encuentras obstáculos y no son implícitos, sino explícitos. Las mujeres con una visión global y concepción clara de la realidad nos volvemos muy amenazantes o peligrosas”, aseguró.

“La desigualdad y brechas de inequidad permanecen. Nosotras para todo nuestra tarea ha sido resistir, argumentar y aguantar. Muchas veces nada más es resistir y aguantar, pero no avanzamos, nos topamos con las barreras. No es asunto de las mujeres, también es de los hombres y de justicia social”, agregaba María Elena.

“Mientras lo veamos sesgado, como asunto de las viejas, no avanzaremos, es asunto de una sociedad que convive entre hombres y mujeres. Dar a esta agenda una dimensión social requiere una abordaje diferente, fuerzas progresistas, organizadas con consistencia y que permitan con fortaleza avanzar”.

En su discurso, en medio de aplausos, María Elena agregó: “Sin aliados no vamos ni a la esquina”.

“Es imperioso ver la paridad en los gabinetes, en el federal, estatales y municipales. Es un proceso de resistencias. ¿Por qué si lo tiene España, Chile, Costa Rica y otros países, México no? Dennos una muestra fehaciente, de que estás considerando las capacidades y talento de las mujeres, que también saben gobernar”.

Los aplausos seguían y María Elena se preparaba para concluir: “El feminismo es una teoría del poder, las mujeres vivimos en un perpetuo estado de minorías. Todo está bien mientras no te atrevas a aspirar políticamente a un cargo, mientras estés calladita y obediente no pasa nada. Se premia la obediencia”.

El discurso completo fue prueba de esa contundencia de María Elena Chapa. Que no se apague su voz; que siga escuchándose por siempre.

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