La creatividad como una forma de terapia

Durango. El humor habla por él.  La edad venció su espalda curveada, pero no sus ganas de hacer manualidades. Tampoco el párkinson. Para Cirilo de los Santos, lo importante ahora es vender las artesanías que hace para comprar material para seguir con el trabajo.

Desde hace 10 años habita en la Ciudad del Anciano y poco a poco ha aprendido a trabajar en bufandas, tejidos. Habla poco, prefiere crear. Mantenerse ocupado junto a sus compañeros. Dice que sabe poco, pero al ver su trabajo no queda duda es un experto a pesar del poco tiempo de trabajar las manualidades. Y al final, lo que quiere es venderlas.

La modestia es aparte, don Cirilo a pesar de los variado de su trabajo, dice que apenas comienza con el aprendizaje de las manualidades. Pero, hay algo que va más allá de la experiencia, y son las ganas de que compren los productos, adquirir más material para él y sus compañeros del asilo. 

“Pues eso, no se hacer más.  Hacer las bolsas y hacer las cajitas. Bufandas, camitas de estambre, eso es lo que sé yo. No sé mucho”.

Una de las cosas que más le gusta a don Cirilo es trabajar con sus compañeros. Así pasan el tiempo en la Ciudad del Anciano. “Pues sí, ahí junto con ellos. Y está trabajando la maestra”.