La artesanía patria llega a la ciudad de Durango
Hilario Velázquez pasa casi 8 meses al año vendiendo sus artesanías.
Durango. En un pequeño banco de plástico espera a los clientes. La esquina de Constitución y 20 de noviembre desde hace 35 años es su estancia del primero de septiembre al 16, el día de grito de Independencia. Hilario Velázquez casi ocho meses al año se dedica a hacer artesanía para conmemorar el inicio de la lucha quitarle al hoy México el yugo español.
Trompetillas, vestidos, atrapasueños tricolores y ahora cubrebocas son los productos que va colgando del puesto ambulante que los acompaña desde Toluca en el Estado de México. Para él, los 16 días de su estancia en Durango valen el año de trabajo.
La pandemia es un mal augurio para don Hilario. No tiene mucha esperanza que repunte la venta, las personas arriban a su puesto y preguntan, pero no compran, a pesar de que los precios son accesibles por los problemas económicos por los que pasa la gente. Hay banderitas desde 20 pesos.
Vino a Durango para no perder su lugar en el padrón municipal, porque cada año lo hace desde hace tres décadas. Aunque el Ayuntamiento de Durango dudó en darle el permiso para instalarse por la pandemia, pero, ya se encuentra en la plancha de la Plaza de Armas de la ciudad.
Por momentos se detienen taxistas que esperan compras adornos patrios para sus autos, y señoras preguntan por los vestidos para sus hijos. Pero no todos compran. Hay muchos pretextos para la venta.
No es optimista Hilario Velázquez para la temporada patria, pero espera la segunda escala en Culiacán, Sinaloa, para la venta de ropa invernal, y pueda mejorar su año. Le dedica mucho tiempo a la venta de artículos patrios, pero siempre hay un Plan B.
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