En penuria pero con amor, libreros de usado sobreviven
Ignacio y David, dueños de librerías de usado, se aferran por sostener sus negocios en una época difícil para este gremio.
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En penuria pero con amor, libreros de usado sobreviven
Las librerías de usado del centro histórico de Guadalajara son preferidas por los amantes de la letra impresa por diversos motivos, entre ellos el bajo costo, la variedad de títulos, la rareza de algunos ejemplares y la historia detrás de cada libro.
Las pilas de libros y estantes llenos de ejemplares del piso al techo caracterizan a estos comercios que se aferran por sobrevivir, ante las caras rentas y bajas ventas.
David llegó hace ocho años a Guadalajara, proveniente de la Ciudad de México, para fundar el Laberinto Cultural, en la calle López Cotilla. Al principio tenía dos locales juntos, pero la pandemia lo obligó a quedarse solo con uno para reducir gastos. Ignacio vende libros usados desde 1985, lo hacía de manera itinerante en tianguis y ferias hasta que se presentó la oportunidad de tener un local en la calle Donato Guerra, donde cumplió tres años con la librería Sabiduría Antigua. La emergencia sanitaria y un cambio en una parada de camión en su calle provocaron menor tránsito peatonal en los alrededores, y en consecuencia, menos clientes.
“Está calle era transitada porque había camiones ahí, se paraban, había gente y se dejaban venir a las ofertitas y ahora no, está solo. Estoy sobreviviendo porque aparte de esto yo vendo en los tianguis”, dice Ignacio.
A ambos libreros no les queda más que intentar mantenerse a flote porque se niegan a dejar que muera su oficio. Cada peculiaridad de esta labor los ha enamorado. Ignacio no cambiaría los libros usados porque de hacerlo ya no tendría la oportunidad de conocer ejemplares que han tenido varias vidas al pasar de persona en persona, cada uno dejando sus huellas de lectura.
“Los testigos, que le llaman, al adentrarse en el libro. En un libro de religión se pueden encontrar estampitas y cosas de esas, en un libro de literatura viejito ya, se puede encontrar cartas de amor escritas con la mano y con la letra de aquella época”, comenta.
David va más allá: para él, cada título es la oportunidad de echar un vistazo a otras realidades. “Dentro de los libros puedes encontrar lo que tú quieras, puedes ir a viajar sin despegar los pies de la tierra, es otro mundo”.
Tanto Ignacio como David consideran que ya ha pasado lo peor de la crisis, tienen esperanza de mantener con vida a los libros usados.
CGE
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