El vampiro de la colonia Azteca
A inicios de los años 80 una serie de extraños crímenes y desapariciones aterrorizaron a los habitantes de este sector de San Nicolás; para protegerse, muchos pusieron cruces de palma detrás de las puertas, así como crucifijos.
SAN NICOLÁS DE LOS GARZA.- Ahora que se acercan la terrorífica fecha del Halloween, extrañamente surgen en las pláticas entre amigos o familiares, historias o sucesos que tienen el tinte de lo sobrenatural.
Sin duda existen muchos acontecimientos que desde el momento que sucedieron causaron asombro y hasta terror, porque se vislumbraba un halo funesto y maléfico
Como el que sucedió en 1981, en San Nicolás, en la colonia Azteca. Ese día los vecinos se estremecieron cuando escucharon el grito desesperado de una mujer.
Había descubierto entre la maleza de un terreno baldío el cadáver semidesnudo de un hombre de aproximadamente 25 años.
Atraídos por el morbo, hombres, mujeres y niños corrieron hasta el lugar donde se encontraba el cuerpo de la víctima.
Pero al instante, un rictus de terror se reflejó en los rostros de todos los curiosos. El cadáver no tenía huellas de violencia, pero estaba cenizo, casi blanco, como si no tuviera ni una gota de sangre.
Cuando llegaron los paramédicos, al ver el cadáver expresaron lo mismo. Revisaron el cuerpo para cerciorarse si se había desangrado a causa de las heridas.
Lo auscultaron. No tenía ninguna lesión, ni por balas o cuchillo. En ese momento una mujer empezó a rezar y a hablar en voz alta.
"Padre nuestro, líbranos de mal... Seguramente fue un vampiro quien le chupó la sangre. Por eso murió, miren cómo está su cuerpo, lívido y seco".
"Sí, un vampiro debió atacarlo. Dios y la Virgen nos ampare. Tenemos que protegernos, seguramente volverá a atacar a más personas".
Los paramédicos cubrieron el cadáver con una sábana azul. Poco después llegó la forense...
Los vecinos aún asustados hicieron una cruz de cal en el lugar donde habían encontrado el cadáver del joven. Cada uno de los testigos continuó con sus ocupaciones...
Una semana después en otra colonia aledaña, en una casa en construcción, fue encontrado el cuerpo sin vida de una mujer. Presuntamente había sido ultrajada y asfixiada.
Aunque era un feminicidio, los vecinos de la colonia Azteca le achacaron la muerte al vampiro. Asustados se persignaron.
Como coincidencia, a los pocos días una jovencita de 18 años desapareció cuando salía de una fiesta. Al no encontrarla, volvieron a culpar al presunto vampiro.
Como si fuera una travesura del mismo demonio, otro joven luego de visitar a su novia desapareció. Los habitantes de la colonia, ante los extraños hechos que estaban sucediendo, volvieron a culpar al vampiro.
Tanto fue el terror que los vecinos no solo se refugiaban en su casa a temprana hora, sino que también conminaron a sus hijos a no asistir a fiestas.
Para protegerse de lo que creían era un vampiro, muchos pusieron cruces de palma detrás de las puertas, así como crucifijos e imágenes de la Virgen de Guadalupe para que los protegiera y hasta trenzas de ajos.
Temían que por la noche aquel supuesto vampiro, que seguramente se había escapado de su tumba, los atacara y les chupara su sangre.
Tanto fue el terror de la gente que en el año de 1981 todos hablaban del "vampiro de la colonia Azteca".
El sacerdote de una de las iglesias del barrio, al enterarse del terror que los vecinos tenían a causa de la presunta presencia de un vampiro, trató de disuadirlos, pero los feligreses insistieron en que era cierto, que un vampiro andaba suelto.
El sacerdote no le quedó más remedio que decirles que rezaran y que se recogieran a temprana hora en sus casas.
El miedo aumentó cuando una madre y dos hijos fueron hallados sin vida dentro de su casa. Sus cuerpos ya estaban putrefactos. Según la Policía, las muertes habían sido por una fuga de gas.
Volvieron a culpar al vampiro de la colonia Azteca. Tanto fue el terror que se apoderó de los vecinos, que una televisora local hizo un reportaje sobre el ser de ultratumba...
Más creció la turbación. Sin embargo, al paso de las semanas, al no suceder ni crímenes y desapariciones, la gente creyó que con sus rezos y las imágenes detrás de sus puertas habían ausentado al funesto vampiro.
Aunque han trascurrido 38 años de que el miedo, el terror y el espanto se apoderó de los vecinos de la colonia Azteca, se dice que esta historia es una de las más terroríficas que han ocurrido en San Nicolás de los Garza.
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