Apretados y a empujones; la odisea en el transporte público de Nuevo León

MONTERREY.- Ni la pandemia ni la reducción de la movilidad ciudadana redujo las aglomeraciones en el transporte, el servicio público peor evaluado en la actual administración estatal, de acuerdo con estadísticas de asociaciones civiles.

Recibir el amanecer en un camión urbano ya es algo que todos los días enfrenta Luis Ángel, un padre de familia que vive en Juárez y atraviesa cuatro municipios metropolitanos para laborar en una planta de producción de asfalto, en San Pedro.

No hay tiempo de desayunar. Sale de su casa a las 5:30 de la mañana para llegar casi dos horas después a su centro de trabajo.

Aborda dos unidades del transporte público en donde se vuelve un reto encontrar un asiento.

Por si fuera poco, Luis Ángel también debe enfrentar el reto de las malas condiciones en las que se encuentran los camiones.

Además la angustia diaria por llegar tarde a su destino le provoca estrés.

La necesidad de llevar el sustento a casa es la motivación diaria de Luis Ángel.

Eso fue tan sólo la ida a su trabajo en camiones de la Ruta 85 "La Playa" y Ruta 20.

Éste es su regreso... con 37 grados centígrados, bajo aglomeraciones y con el clima apagado como una medida aplicada ante la pandemia.

Aunque Luis se protege del coronavirus, no todos los usuarios abordan con cubrebocas y la mayoría de los camiones no cuentan con gel antibacterial.

En un día, al menos dos unidades que abordó Luis se encontraban descuidadas: vidrios rotos, asientos flojos, basura en los pasillos y sin gel antibacterial.

cog