Conductor se declara culpable de embistir a multitud durante desfile de celebración de fútbol
La fiscal Sarah Hammond enfatizó que la declaración de culpabilidad representa una aceptación final por parte del acusado.
El juicio contra el conductor responsable de embestir su vehículo contra una multitud de aficionados que celebraban el triunfo del Liverpool en la Premier League tomó un giro dramático este miércoles.
Paul Doyle, de 54 años, cambió su declaración inicial de no culpable y admitió los graves cargos que se le imputan, evitando así un proceso judicial que estaba previsto durara un mes.
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Entre los heridos, desde un bebé de seis meses hasta un adulto mayor
Doyle, visiblemente angustiado, sollozó al declararse culpable de conducción peligrosa, tres cargos de lesiones con intención, y múltiples cargos de intento o de causar daño corporal grave.
Estos cargos están directamente vinculados a 29 víctimas, cuyas edades ilustran el alcance indiscriminado del ataque, ya que van desde un bebé de seis meses hasta un adulto de 77 años.
El trágico incidente ocurrió el 26 de mayo, cuando la furgoneta Ford conducida por Doyle arremetió contra una calle atestada de seguidores que festejaban el campeonato del equipo de fútbol.
Las cifras oficiales indican que más de 130 personas reportaron haber sufrido lesiones. Aunque la Policía de Merseyside ha señalado que el conductor actuó en solitario y ha descartado la sospecha de terrorismo, el supuesto motivo de la agresión sigue sin ser revelado al público.
La gravedad de la situación fue destacada por las autoridades. El jefe de detectives de la Policía de Merseyside, John Fitzgerald, reveló que Doyle atropelló a más de cien personas en tan solo siete minutos y afirmó que fue "solo por pura suerte que nadie murió" en el suceso.
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"Un acto de violencia calculada"
La fiscal Sarah Hammond enfatizó que la declaración de culpabilidad representa una aceptación final por parte del acusado. "Al declararse culpable, Doyle finalmente ha aceptado que intencionalmente condujo hacia multitudes de personas inocentes", sostuvo.
Hammond calificó el acto como un "acto de violencia calculada", insistiendo en que el incidente "no fue un lapsus momentáneo de Paul Doyle, fue una elección que hizo ese día y convirtió la celebración en caos".
El conductor, que anteriormente se había negado a aceptar los cargos y que ya había llorado en el banquillo el martes durante la selección de potenciales jurados, se enfrenta ahora a una pena máxima que podría ser la cadena perpetua.
El juez Andrew Menary anunció que Doyle será sentenciado en una audiencia de dos días, programada para el 15 y 16 de diciembre. El juez advirtió al acusado que debe prepararse para "una sentencia de prisión de cierta duración", reconociendo la clara inevitabilidad de una condena.
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