La altura, el desafío de las WTA Finals 

Son horas de emoción y preparación previo al comienzo de las Finales de la WTA en Guadalajara, el cierre de temporada de tenis femenil llega por única vez a México con las ocho mejores raquetas del año.Desde la semana anterior, varias tenistas comenzaron a llegar a la Perla Tapatía para comenzar su proceso de aclimatación a la zona horaria, al clima y sobre todo a la altura, un factor que ha sido desafiante para el estilo de juego de la mayoría de las jugadoras.

"Es difícil jugar, nunca había experimentado tanta altura. Lo más, eran quizá unos 600 metros y aquí es más del doble. Y es cierto que es difícil acostumbrarse y cada día me voy ambientando un poco mejor. El primer día aluciné un poquito con las condiciones, pero es una Finals especial en Latinoamérica, esas circunstancias serán una vez en la vida”, comentó una Garbiñe Muguruza que está ansiosa de reencontrarse con el público latinoamericano.

Y precisamente por la altura de 1,566 metros sobre el nivel del mar de la ciudad de Guadalajara, la organización optó por hacer un cambio de pelotas, algo que ya experimentó Iga Swiatek, campeona del WTA 1000 en Roma.

"Las pelotas son muy pesadas, la presión es distinta. Para mí con la altitud o no, estoy bien. Si jugáramos con pelotas distintas volarían una locura", confesó la polaca.Y el cambio también lo sienten las jugadoras en la nueva cancha que se construyó para este certamen, el peso de las pelotas más la altura, hacen que se sienta lento el bote de las pelotas.

"Se siente la respiración más pesada, pero es algo por lo cual nos preparamos. Lo difícil son los saltos y las pelotas. También siento que las pistas están algo lentas, he sentido que las pelotas rebotan más, es algo por lo cual me he estado preparando", dijo Karolina Pliskova en conferencia de prensa.

Aryna Sabalenka es de las que rápidamente notó el brusco cambio de altura pero que con el tiempo aprendió a dominar el factor, estando lista para debutar en un torneo en el que parte como la máxima favorita al ser la primera sembrada.

"Cuando llegué no me sorprendió, pero me impactó cómo no podía controlar nada y estuve trabajando con las cuerdas y la tensión. Después comencé a practicar hasta sentirme mejor en cancha. Hoy me siento mejor en la altitud y espero estar a tope en el primer partido”, compartió la raqueta bielorrusa.

MN