¡Lágrimas y doblete! Así vivió Messi su último partido con la Selección de Argentina en casa | VIDEO
Aunque el rival fue superado con claridad, lo que realmente importaba era el sentimiento de todo un estadio que se le entregó al campeón del Mundo.
Hay partidos que son solo eso, partidos, y otros, que se vuelven una estampa que queda para toda la vida, ejemplo de esto, fue la despedida de Lionel Messi con la Selección de Argentina en casa, desde el Estadio Monumental, y que mejor con un gol, triunfo y lágrimas de haberlo dado todo como Campeón del Mundo.
Desde ante del encuentro, cuando el plantel albiceleste llegó al estadio, el público dejó en claro que esa noche sería especial. Lionel Messi, a sus 38 años y con la camiseta número 10 aún pegada al corazón, fue el epicentro emocional de un espectáculo que combinó fútbol, gratitud y emoción pura.
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Ingresó al campo acompañado por sus hijos, bajo la mirada emocionada de Antonela y una comitiva familiar que ocupó buena parte de una tribuna. Apenas pisó el césped, las lágrimas asomaron en su rostro. No eran de tristeza, sino de un sentimiento profundo que solo quienes han tocado el alma de un pueblo pueden experimentar.
El Himno Nacional fue otro momento de impacto, algo en silencio, casi en trance y fue cuando Messi se abrazó a sus hijos mientras el estadio rugía su nombre. Las banderas, los cánticos, las pancartas (“Gracias por todo, mi capitán”), fueron señales inequívocas de que esta despedida era más que merecida.
QUÉ MOMENTO. ????????????
— StudioFútbol ⚽ (@StudioFutbol) September 4, 2025
Las LÁGRIMAS de Messi en el calentamiento en la previa de su último partido de eliminatorias en Buenos Aires.
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Aunque el rival fue superado con claridad, lo que realmente importaba era él. Cuando Julián Álvarez le cedió el primer gol, quedó claro que el equipo entero jugaba para darle ese momento. Y el estadio explotó.
Después vinieron más, un pase magistral para el segundo gol, otra definición suya para cerrar el 3-0, y una seguidilla de ovaciones que no se detuvieron ni un segundo. Cada toque, cada movimiento, cada gesto, era celebrado como si fuera el último.
El cierre fue digno de su leyenda, fuegos artificiales, abrazos, y una ovación que parecía no querer terminar nunca. Como si todos supieran que estaban presenciando el fin de una era.
No hay muchas figuras en el deporte que hayan logrado lo que Messi logró, unir a un país con solo tocar una pelota. Su legado no se mide solo en títulos o récords. Se mide en lágrimas, en sonrisas, en los cánticos espontáneos de una multitud que lo adoptó como símbolo y lo despedirá como leyenda.
Porque si bien el Mundial aún espera, y quizás haya más capítulos en esta historia, lo que ocurrió en el Monumental fue una postal eterna. Un gracias que resonará por siempre.
RJ
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