Aunque pasen los años, nunca olvidarán "su lechita y a dormir" 

Una vez más Santos Laguna y Tigres medirán fuerzas en fase de liguilla. Cuando estos dos equipos norteños se enfrentan es imposible no recordar los gritos de algarabía que retumbaron gradas, pasillos, zonas principales y vestidores del Territorio Santos Modelo.

Guerreros y felinos jugaron semifinales en el Clausura 2012. Se disputaba la vuelta en la casa de los santistas y faltaban 4 minutos para concluir las acciones. Tigres se encontraba arriba en el marcador global tres goles por uno... y llegó lo inesperado. El 13 de mayo del 2012 quedó marcado en la historia de miles de aficionados santistas, un sentimiento inexplicable para hinchas albiverdes, ese mismo sentir que invadió las almas de los simpatizantes del Manchester City. 

Darwin Quintero conducía la pelota desde la mitad de la cancha al 41' del segundo tiempo, colocó centro con la mano a Oribe Peralta y el 'Cepillo' mandó el esférico al fondo del arco defendido por Enrique Palos. Se comenzaba a gestar un sueño que todos veían inalcanzable durante 85 minutos de la serie. 

Dos minutos más tarde, nuevamente el jugador colombiano tomó la pelota para comandar el ataque lagunero. En las gradas, la mirada de un señor inundó de esperanza el alma de los asistentes en el estadio. 

Por segunda ocasión consecutiva en cuestión de segundos, Quintero le pasó la pelota a Oribe Peralta, el lagunero sin voltear a ver la pelota recibió y disparó... 

Santos Laguna logró el pase a la última instancia del campeonato. Un boleto a la final con sabor a campeonato, como el que Sergio Agüero le dio al Manchester City.