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"No veo la hora de volver a mi casa": Belarmina, mujer de 103 años, desalojada por su hijo, pide ayuda a las autoridades

La orden de desalojo era para otra persona, pero un grupo de 15 sujetos, con presencia policial, sacó a Belarmina Rodríguez de la casa donde vivió 60 años.

Apolonia Amayo Tehuacán, Puebla. /

El desamparo institucional y la fractura familiar se unieron en un caso registrado en el municipio de Tehuacán, Puebla. Belarmina Rodríguez Cordero, "Doña Mina", de 103 años, fue desalojada de manera violenta e irregular de la casa que habitó por más de seis décadas, su único patrimonio.

Los hechos, ocurridos el pasado viernes 5 de diciembre, pintan un cuadro de despojo, engaño y una justicia que, según sus familiares, ha brillado por su ausencia.

Los intrusos irrumpieron con violencia. Rompieron las endebles láminas recicladas que servían de cerco de la vivienda ubicada en la colonia Esmeralda.

Se aproximaron directo a la habitación donde Doña Mina dormía y, en ese estado, intentaron sacarla.

Fue su nieto, presente en el lugar, quien logró impedirlo y despertarla, para luego ser llevada a la calle y dejada en su silla de ruedas, junto a unas pocas pertenencias.

El operativo, denuncia la familia, contó con la presencia de cuatro patrullas de la policía municipal e incluso elementos de la Guardia Nacional, quienes, alegan, avalaron un acto arbitrario.

Una traición familiar habría dado origen al despojo de la adulta mayor

La raíz de esta infamia se remonta a una traición dentro del propio núcleo familiar. Doña Belarmina compartía su hogar con su hijo Daniel.

Hace seis años, tras una grave enfermedad y una cirugía, su hija Lucía Esquivel Rodríguez la llevó a su casa para brindarle los cuidados continuos que requería.

Fue durante esta ausencia que Daniel y su hija Ángela aprovecharon para sustraer documentos clave de la anciana: la escritura de la propiedad, credenciales y otros instrumentos.

Con estos documentos, iniciaron un proceso para una nueva escritura, argumentando que la abuela les había vendido el inmueble por 80 mil pesos, dinero que, según Ángela, le entregó.

En 2021 se dio un primer intento de desalojo, frustrado porque los papeles presentados eran apócrifos.

La familia de Doña Mina inició entonces un procedimiento legal, pero aseguran que el abogado a cargo "se vendió", estancando el juicio y dejándolos en un limbo jurídico que allanó el camino para el acto final.

Daniel, descrito por su familia como un irresponsable que vivía de la pensión de su madre y la obligaba a cocinarle, se fue de la casa tras un altercado.

Lucía, temiendo por la seguridad de su madre, se trasladó a vivir con ella. El desalojo se ejecutó precisamente cuando Lucía había salido a Puebla por atención médica, dejando al cuidado de Doña Mina a su propio hijo.

La mujer de más de 100 años exige justicia; las autoridades se muestran indiferentes

A sus 103 años, Belarmina Rodríguez está lúcida y sumida en una profunda tristeza. "Ya no veo las horas para regresar a mi casa", expresa, asegurando con firmeza que nunca vendió su patrimonio.

Su dolor no es solo por el despojo; también pregunta con angustia por el bienestar de sus dos perros y un gato, que quedaron atrás y de los que no tienen noticias, pues personas ajenas a la familia ahora ocupan el domicilio.

La familia señala que el desalojo fue arbitrario, ya que documentos en su poder indican que la orden de lanzamiento era para una persona llamada Inés Angélica Cortés González, quien ni siquiera radica en el domicilio de Doña Mina. Sin embargo, los sujetos nunca preguntaron por ella.

Hasta este martes, denuncian, ninguna autoridad había concretado ayuda alguna para la mujer centenaria. Ante el abandono de la justicia local y el temor por su integridad, los familiares han elevado un grito de auxilio a las máximas figuras del poder: piden la intervención personal del gobernador del estado, Alejandro Armenta, y de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum.

Exigen que, a través de las dependencias correspondientes, se investigue este caso a fondo, se proceda contra todos los responsables materiales e intelectuales, y se les garantice seguridad y, sobre todo, justicia.

ERV


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