Desde Qatar, poblano comparte su historia en la copa del mundo
"Estoy loco por el futbol; cumplí mi sueño de estar en un Mundial”: compartió Carlos David Domínguez
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Poblano comparte su estancia en el mundial de Qatar2022
“Estoy loco por el fútbol, no hay cosa más importante que mis equipos”, es la frase que resume lo que el corazón del poblano Carlos David Domínguez siente cada día, pues como buen aficionado ama y respira fútbol.
En tierras mexicanas, el graduado de la Udlap, actualmente ingeniero en electrónica, mostró su apoyo al club Puebla y a la Selección Mexicana, pero ahora que llegó el Mundial de Qatar 2022 no dudó en viajar al país de Medio Oriente.
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Para lograrlo pidió permiso desde hace dos años en su trabajo, donde se desempeña como gerente de Servicios en una compañía que hace equipo eléctrico en Atlanta, Georgia.
La aventura comenzó en dicha ciudad de Estados Unidos, donde Carlos David Domínguez y su hermano compraron sus boletos de avión para emprender un viaje de 14 horas, al salir desde Atlanta, con escala a Nueva York, para llegar a Doha, la capital de Qatar, sitio donde rentaron un departamento para hospedarse por dos semanas.
La idea es aprovechar al máximo el encuentro mundialista y por ello compraron boletos para asistir a 12 partidos. Aunque esta es la primera vez que Carlos acude a un Mundial de futbol, en entrevista con MULTIMEDIOS confesó que había intentado asistir a Brasil 2014:
“Estoy loco por el fútbol, no hay cosa más importante que mis equipos. En 2014 ya tenía boletos para Brasil, pero fue cuando me transfirieron en el trabajo y se me vino abajo. Hoy voy con mi hermano y aunque mi padre falleció en 2020, hoy también me va a acompañar”, comentó.
Al ser cuestionado qué lleva un mexicano en la maleta para esta ocasión especial, dijo que la prioridad son las camisetas verdes, blancas y rojas de la selección; sombreros, sarapes, máscaras, una bandera de México, la foto de su padrey, sobre todo, el alma de aficionado.
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Soñar en los octavos de final
Para Carlos, las expectativas de una gran actuación del equipo mexicano son grandes, por lo que se atrevió a comprar boletos para el cuarto partido, en espera de que el Tri se encuentre a la escuadra de Francia o Dinamarca.
Carlos considera que todos los mexicanos que puedan apoyar a la Selección en Qatar deben comportarse de manera alegre, porqueaunque “llevamos siempre la fiesta por dentro” también se debe ser amable para dejar una buena impresión.
“Qué padre que un extranjero que no haya convivido nunca con un mexicano diga: ‘¡Wow! Los mexicanos son lo máximo, porque apoyan muchísimo a su equipo pero al mismo tiempo son educados y amables’” agregó.
Respecto a las reglas de un país como Qatar, Carlos admitió sentirse nervioso por las restricciones, sobre todo por temas como los castigos a las personas en estado de ebriedad, por lo que dijo que se portará bien.
Asimismo, comentó que una vez que llegó a las tierras mundialistas, supo que el ahorro valió la pena pues “es otro mundo”; por ello, no dudó en sacar su bocina y el traje de mariachi, pues como buen mexicano se preparó para cantar a todo pulmón “Cielito Lindo”.
En este viaje Carlos dijo que se tomó fotografías frente a los estadios, con las esculturas conmemorativas al Mundial, disfruta de los juegos con los paisanos que se encontró en los partidos y hasta con una mujer árabe.
“Cómo olvidar la clásica foto de La'eeb, la mascota de Qatar y, ¿por qué no? En cada lugar que había una bandera de México”, dijo.
Al pasar los días, Carlos reveló que tuvo la oportunidad de convivir con aficionados de todo el mundo, pasear por atractivos de Doha y hasta tomar fotografías con árabes, quienes también son muy aficionados. Para redes sociales, Carlos y su hermano grabaron un vídeo donde entonaron una canción.
“Nosotros los mexicanos, con agua nos empedamos. Aquí no hay tristeza, aunque no haya cerveza. Nosotros los mexicanos, soñamos con empedarnos. Aquí no hay tristeza, aunque no haya cerveza”, cantaron los hermanos poblanos.
Cabe señalar que el clima caluroso no es obstáculo para disfrutar del Mundial, por ello Carlos no dudó en ponerse las gafas y adquirir un turbante árabe Keffiyeh, sacarse la foto con los camellos y en embarcarse en el mar para ver los rascacielos de Doha, la ciudad donde logró consolidar uno de sus más grandes sueños: asistir a un Mundial de futbol.
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