De Tehuacán a tu mesa: la historia del nombre del agua mineral que se produce en Puebla
Marcas como Garci Crespo, San Lorenzo, Manantiales Balseca, Aguas de Tehuacán, El Brillante, Peñafiel, El Riego, El Sol, y San Francisco son conocidas por su agua mineral de Tehuacán.
¿Alguna vez te has preguntado por qué en México al agua mineral se le llama "Tehuacán"? Esta popular bebida, que acompaña festines y comidas, debe su nombre a la segunda ciudad más importante del estado de Puebla: Tehuacán. Precisamente allí, aún es posible visitar los manantiales de donde se extrae esta refrescante agua.
Bajo el resguardo del Pico de Orizaba, el municipio de Tehuacán fue durante décadas sinónimo de agua mineral, un recurso natural que brota de sus manantiales tras un viaje de más de 60 kilómetros a través del subsuelo, enriquecido con minerales como calcio, sodio, magnesio y potasio.
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Este “oro líquido” impulsó un próspero sector embotellador que hoy solo sobrevive en tres empresas, una de ellas liderada por una familia originaria de la ciudad.
A principios del siglo XIX, el agua mineral se convirtió en el producto estrella de Tehuacán. Vendida como refresco endulzado o en su estado natural, pronto traspasó fronteras: se consumía a nivel nacional y se exportaba a otros países.
Marcas como Garci Crespo, San Lorenzo, Manantiales Balseca, Aguas de Tehuacán, El Brillante, Peñafiel, El Riego, El Sol, y San Francisco, entre otras, se abastecían de manantiales como San Lorenzo, La Taza de Chilac y Tres Valle, impulsadas tanto por capital extranjero como por emprendedores locales que generaron empleo y convirtieron la industria en la columna vertebral económica de la zona.
Además del agua mineral, reconocida por mejorar la digestión, aliviar la acidez estomacal y aportar hidratación, surgieron bebidas emblemáticas como la sangría, los refrescos de sabor y la famosa “manzanita con un toque de vainilla”. Incluso, las propiedades del agua dieron origen al sal de uvas, un antiácido que se exportó a Cuba y Estados Unidos.
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El declive de las empresas de agua mineral en Tehuacán
El siglo XX consolidó a Tehuacán como el “Centro Hidromineral de América”, con productos envasados en botellas de vidrio que conservaban sus propiedades. Sin embargo, hacia 1970, la industria recibió un golpe mortal.
Según relatan ex trabajadores, la empresa Vitra, única proveedora de envases de vidrio, dejó de suministrar de un día para otro a las embotelladoras locales.
El motivo, aseguran, fue una presión ejercida por una gran compañía para eliminar a la competencia. La crisis forzó el cierre de la mayoría de las marcas, dejando a cientos de personas sin empleo.
¿Por qué le decimos "Tehuacán" al agua mineral? La respuesta está en una ciudad de Puebla y un viaje subterráneo de más de 60 kilómetros. Esta es la historia del "oro líquido" que brota de manantiales bajo el Pico de Orizaba y se produce en Puebla.
— Telediario Puebla (@TelediarioPUE) December 2, 2025
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Entre las empresas que lograron sobrevivir destaca Embotelladora San Francisco, hoy dirigida por Mario Balseca. En entrevista con TELEDIARIO, Balseca relató cómo superaron la crisis:
“De una forma desleal nos dejaron sin botellas. Todas las rejas estaban vacías… buscamos una solución que salvó la empresa”.
La estrategia fue comprar envases vacíos a una cervecera y mantener la producción de manera artesanal, con un esfuerzo manual que les permitió seguir adelante.
Actualmente, solo tres empresas continúan operando en Tehuacán. Sus productos se exportan a estados como Texas y California, donde incluso se utilizan como base para crear nuevas marcas.
“Con grandes esfuerzos seguimos adelante, promoviendo productos derivados del agua mineral que valen la pena no perder de vista”, señaló Balseca.
El legado del agua mineral de Tehuacán persiste, aunque hoy es una sombra de lo que fue. Su historia es un recordatorio de cómo un recurso natural puede definir el destino de una región, y de cómo la resistencia local desafía, incluso en escala reducida, las presiones del mercado.
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