La madre despertó para revisar al pequeño, con quien se había recostado para alimentarlo cuando se percató de que el bebé no respondía y no contaba con signos vitales.
A consecuencia del percance, el obispo emérito Raúl Vera resultó con un golpe pronunciado en la frente, lesiones en la mano y escoriaciones en distintas partes del rostro.
De acuerdo con el testimonio de su amigo Francisco, ambos se encontraban trabajando en un vehículo desde la noche anterior, y el hoy occiso decidió descansar dentro de la camioneta.
La conductora intentó dar la vuelta en una curva, posteriormente su sandalia se atoró entre los pedales, lo que le impidió frenar a tiempo y provocó el choque.
La joven enfatizó que su tragedia debe servir de lección para todos, ya que le puede pasar a cualquiera, contando los detalles de la tragedia y lo doloroso de su recuperación.