El informe concluyó que la ola de calor de fines de julio “fue tan extrema en Europa Occidental continental que registró magnitudes que hubieran sido muy difícil alcanzar sin el cambio climático”.
Los cadáveres de pollo apilados afuera de un granero en Reino Unido causaron indignación. Los trabajadores de la granja aseguran que hicieron lo posible por salvarlos.