Yahaya Aminu Sharif fue sentenciado el mes pasado por un tribunal de la sharia en Kano, el centro comercial del norte de Nigeria, de mayoría musulmana, tras interpretar la canción y compartirla en WhatsApp.
En el momento de su detención, el delincuente solo tenía consigo 750 dólares. Según afirmó a los agentes, repartió el resto del dinero robado entre personas que pedían en la calle y dejó otra parte en varias cajas de donaciones.