El impacto fue de tal violencia que el taxi salió proyectado varios metros hacia adelante, quedando finalmente detenido en sentido contrario a la circulación habitual del bulevar.
En el lugar de los hechos, la camioneta blanca quedó con cuantiosos y significativos daños materiales en toda su estructura frontal, a pesar de la magnitud de la colisión, la luminaria no fue derribada.
Mientras el lesionado era trasladado en la ambulancia, un grupo de sus amigos, que lo seguían en sus motocicletas, también fue víctima de una agresión.
El accidente ocurrió en el cruce de la calle Atoyac y la Calzada Quetzalcóatl, donde un motociclista perdió el control tras un corte de circulación, resultando gravemente herido junto a su hijo menor.