De acuerdo con delcaraciones, Niels Hoegel inyectaba fármacos letales a los pacientes y luego desempeñaba el papel de héroe cuando intentaba revivirlos.
David y Louis Turpin se disculparon con sus hijos durante la audiencia en la que dos de ellos testificaron; “mis padres me quitaron toda mi vida”, dijo una joven de 30 años.
En septiembre de 2005, la puertorriqueña Aurea Vázquez Rijos contrató a un sicario para asesinar a su esposo, valorado en más de 24 millones de dólares.