La normalización de la violencia
- ¡Ahí les voy!
-
-
Leonardo Schwebel
Es fácil ignorar los problemas, dejarlos crecer y convencernos de que no pasa nada. Sin embargo, la realidad es que los problemas persisten. Existe una tendencia alarmante entre los distintos gobiernos de asegurar que todo marcha bien, mientras lo que realmente observamos es un reflejo distorsionado del pasado. Cuando las cosas van bien, es porque hay coordinación y un esfuerzo genuino; cuando las cosas no funcionan, la culpa recae en los demás, en quienes nos dejaron un desastre.
Hasta el momento, no hay indicios contundentes que apunten a una mejora real en la situación. Es cierto que se presentan cifras optimistas o, al menos, realistas, que indican, por ejemplo, una disminución en los homicidios dolosos. Sin embargo, más allá de la veracidad de estas cifras, lo innegable es que siguen ocurriendo homicidios. Solo en Semana Santa, se registraron 445 homicidios dolosos, con al menos nueve estados del país reportando más de cinco homicidios en un solo día. Jalisco, Guanajuato y Michoacán son solo algunos de los estados afectados, donde la violencia no discrimina entre colores o tamaños de partidos políticos.
Un tema que sigue pendiente es el de los desaparecidos. Estas personas no figuran en las estadísticas oficiales, lo que dificulta conocer la magnitud real del problema. Según el Registro Estatal, tan solo en Jalisco, la cifra oficial supera 15 mil casos.
La crisis forense es otro aspecto crítico; miles de cuerpos esperan ser identificados, mientras las familias de los desaparecidos siguen en la incertidumbre.
Además, muchos ciudadanos que han sido víctimas de delitos prefieren no denunciar, ya sea por miedo, desconfianza en las autoridades o la percepción de que su denuncia no llevará a ninguna consecuencia. Aquellos que se atreven a dar el paso de denunciar enfrentan un auténtico calvario, donde la burocracia y la falta de recursos convierten el proceso en una vía crucis. Con niveles de impunidad que superan el 90%, es comprensible que la confianza en el sistema judicial se haya erosionado.
Así que, cuando se nos dice que “vamos bien”, es fundamental cuestionar bajo qué condiciones lo afirmamos. La violencia y la impunidad no son problemas que se resuelven con palabras optimistas.
- Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de TELEDIARIO; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
-