Bolaños, a un paso de ser el 'Cherán' de Jalisco
- Plaza Garibaldi
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Alejandro Sánchez

Quizá muy pocos, incluso los enterados, han dimensionado lo que está por venir si el inédito ejercicio del próximo 18 de mayo en Jalisco, a cargo del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC), resulta aprobatorio.
De concretarse, el estado tendría por primera vez un municipio indígena que, de manera inmediata y consecuente, abandone el sistema de partidos para adoptar el modelo de autogobierno wixárika.
Ahí radica su trascendencia histórica: las repercusiones van más allá de lo simbólico. Implicaría una reconfiguración del mapa electoral, tensaría la relación con empresarios mineros y pondría a prueba más de una década de lucha por el reconocimiento.
Bolaños, enclavado en la Sierra Norte, es un municipio donde conviven mestizos y wixárikas. Por decirlo sin rodeos, podría convertirse en el “Cherán jalisciense”.
Cherán, municipio de Michoacán gobernado por usos y costumbres, ha sido retratado por la prensa internacional como un caso emblemático. Fue allí donde, la madrugada del 15 de abril de 2011, repicaron las campanas y un movimiento encabezado por mujeres decidió expulsar al crimen organizado y proteger sus bosques.
La consulta en Jalisco no es un hecho aislado: representa el punto culminante de un proceso judicial iniciado en 2019 (caso JDC-005/2019 del Tribunal Electoral), que obligó al Estado a transferir recursos y reconocer la autonomía de la comunidad Kuruxi Manawe Tuxpan.
El antecedente más cercano fue la votación unánime de septiembre de 2023, en la que las autoridades wixárikas avalaron administrar directamente sus recursos. Sin embargo, el verdadero parteaguas ocurrió en 1994, cuando Raúl Padilla, entonces rector de la UdeG, creó la Unidad de Apoyo a Comunidades Indígenas como respuesta al zapatismo. Ese gesto —hoy casi olvidado— sembró la semilla del autorreconocimiento.
Más allá del simbolismo, hay un cálculo electoral claro: si Bolaños adopta el sistema normativo interno, Jalisco se sumaría a los cinco estados que ya cuentan con municipios regidos por usos y costumbres: Michoacán, Puebla, Chiapas, Guerrero y Oaxaca.
Especialistas en derecho electoral explican que el impacto real está en la aritmética de género: los partidos perderían un municipio en el reparto de candidaturas que deben cumplir con la paridad.
Por ejemplo, si un partido postula candidaturas en los 125 municipios de Jalisco, la regla de paridad de género obliga a designar 63 mujeres y 62 hombres. Pero si Bolaños deja de participar en el sistema de partidos, ese espacio que hoy permite favorecer a las mujeres desaparecería.
Un dato revelador: Bolaños registró en 2024 una participación récord del 74.9 por ciento, 18 puntos más que en 2018, lo que demuestra que, lejos del rechazo, hubo interés y participación ciudadana en el modelo electoral vigente.
Uno de los impulsores del cambio de régimen es el senador Clemente Castañeda, quien en 2012, como diputado local, promovió reformas a favor de los derechos indígenas. La lucha civil, sin embargo, fue encabezada por activistas como Celedonio Monroy e Higinio Trinidad de la Cruz, ambos nahuas, asesinados en años recientes, y cuya defensa de las comunidades cruzó fronteras étnicas.
Bolaños, enclavado en la Sierra Madre Occidental, presenta un paisaje agreste, limitado por montañas altas. Desde la Colonia, ha sido zona de explotación minera.
Y precisamente por eso debe atenderse este tema con cuidado. Empresarios mineros con fuerte presencia en la región norte —fronteriza con Zacatecas y Nayarit— han impulsado campañas en defensa del statu quo partidista.
Actualmente, Morena gobierna Bolaños, pero el PAN también tuvo presencia, incluyendo al hermano del actual secretario general de Gobierno, Salvador Zamora. La consulta, no obstante, trasciende los colores partidistas.
La región no está exenta de violencia: sufre secuestros y enfrentamientos atribuibles al crimen organizado, un espejo de lo que vivía Cherán antes de su levantamiento en 2011.
La situación es compleja. La minería en territorios wixárikas y la conexión cultural con Nayarit, donde también habita este pueblo originario, añaden capas de tensión al escenario.
El próximo 18 de mayo, 18 comunidades votarán a mano alzada. En la cabecera municipal se usará urna electrónica. Cinco días después, el Congreso local recibirá los resultados. Si gana el “sí”, Jalisco no solo reconocerá oficialmente a su primer pueblo originario con autogobierno: también comenzará, municipio por municipio, a desmontar la hegemonía partidista.
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