Consumir fibra para reducir la obesidad, estudio de UG
Investigadoras UG exploran beneficios del consumo para reducirla en la población joven
Con la finalidad de reducir los riesgos médicos que pueden derivar de la obesidad en adolescentes, niñas y niños en la Universidad de Guanajuato se desarrolla el proyecto de investigación “Impacto de una intervención dietética con fibra sobre marcadores de riesgo cardiometabólico emergentes en adolescentes con obesidad” por parte de la doctora Ma. Eugenia Garay Sevilla y su alumna de doctorado, la Alma Patricia González.
El estudio consiste en dividir a un grupo de cincuenta jóvenes para proporcionar a la primera mitad del grupo fibra en sus alimentos y a la otra harina. Lo anterior con la intención de poder ver los beneficios de la fibra en la salud y alimentación.
La fibra la podemos encontrar en frutas y verduras o adicionarla a nuestra dieta en cualquier tipo de presentación; la cantidad recomendada es de 26 gramos para mujeres y 30 gramos para hombres, de acuerdo a la investigadora.
Tras los resultados de la intervención, descubrieron efectos positivos en el consumo de fibra. En ellos encontraron que las lipoproteínas de baja densidad buenas, que protegen el corazón, aumentaron. Por otro lado, estas mismas lipoproteínas de baja densidad se dividen en pequeñas y densas, las cuales pueden llegar a causar daños vasculares.
Sin embargo, la investigación revela que estas partículas pequeñas y densas que pueden ser de mayor riego se vieron disminuidas. Asimismo, también notaron que la interleucina seis, que es un marcador de inflamación de bajo grado, igualmente disminuye. Esto quiere decir que el consumo de fibra incrementa las partículas de protección y reduce las dañinas.
La investigadora de la UG afirma que se espera que haya menor riesgo de ateroesclerosis o daño en los vasos grandes al disminuir las lipoproteínas de baja densidad pequeñas y densas, lo que representaría un menor riesgo cardiovascular.
Entre los peligros que pueden derivar de la obesidad en jóvenes se encuentra el riesgo de generar resistencia a la insulina, lo que puede venir acompañado de alteraciones en la glucosa, diabetes o prediabetes en etapas muy tempranas y alteraciones en los lípidos como el colesterol alto o disminución del hdl, que es un lípido que protege al corazón.
Por último, enfatizó que para cuidar la salud, además de una alimentación balanceada se debe realizar ejercicio con regularidad.
La doctora Garay está adscrita al Departamento de Ciencias Médicas de la División de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guanajuato en el Campus León, acompaña desde el 2018 a Alma Patricia González en este proyecto que es su tesis de doctorado.
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