La salud de una estudiante de secundaria se agrava al recibir vacuna sin consentimiento en Zapopan; su madre exige responsables
Debido al delicado estado de salud que atraviesa, María Fernanda no ha podido retomar sus clases en la Secundaria Técnica Mixta 41 de Zapopan.
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Tras la vacuna, María Fernanda experimentó dolor en el pecho y taquicardias. | Gabriel Vigueras
Un jornada de clases dentro de la Secundaria Técnica Mixta 41, ubicada en la colonia Mesa Colorada de Zapopan, se convirtió en una pesadilla para una familia. María Fernanda, una estudiante de 13 años, fue vacunada dentro de la escuela hace 15 días sin que su madre, Guadalupe Larios, hubiera otorgado la autorización correspondiente.
La consecuencia inmediata fue una grave reacción adversa que puso en riesgo la vida de la menor. Tras el incidente en el plantel, María Fernanda fue atendida de urgencia y estabilizada en el hospital Ayala de Guadalajara. Sin embargo, al volver a la escuela, la sintomatología regresó.
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¿Cuáles fueron las afectaciones que María Fernando tuvo en su salud tras la vacuna?
La madre de María, Guadalupe Larios relata el dramático episodio que vivió con su hija tras haber recibido dicha vacuna, que provocó síntomas alarmantes en la estudiante:
"Al siguiente día la niña se pone mala y me marca, llegó y la niña tiene palidez, tiene taquicardia, trae un dolor en el pecho, la ambulancia pues jamás llegó, yo opté por regresar rápido a agarrar algo así para moverme, y la llevo a la Cruz verde... del Ayala le vuelven a hacer estudios y todo y pues también la niña no tiene nada, hasta que ya les comento de la vacuna, lo que había sucedido y me dicen que pudo haber sido una reacción el cual no saben si es algo pasajero".
La madre exige respuestas claras y contundentes. Al cuestionar al director de la Secundaria 41 sobre el tipo de biológico aplicado y la razón por la que se procedió sin su consentimiento, la respuesta del directivo fue un rotundo deslinde de responsabilidad.
"Nos dirigimos directamente con el director, le hablamos, el cual como primera respuesta fue: 'Yo me deslindo. Yo nada más traje a la Secretaría de Vacunación, yo no sé qué vacuna le pusieron, nada'", narra Guadalupe. La madre subraya que su principal demanda es saber "qué le pusieron, qué le va a dejar a mi hija y pues que me respondan quien tenga que responder por lo que está sucediendo".
Guadalupe Larios enfatiza la gravedad del antecedente y la necesidad de evitar que otras familias pasen por esta incertidumbre y peligro.
"Para tratar esto, evitarlo porque ahorita pudo haber sido mi niña, al rato va a ser algo peor y sinceramente imagínate, yo creo que si mi hija la perdiera, pues nadie me la va a reemplazar", lamenta, señalando la impunidad de las autoridades escolares frente al dolor familiar.
Debido al delicado estado de salud que atraviesa, María Fernanda no ha podido retomar sus clases. El único "apoyo" brindado por la escuela ha sido indicarle que se ponga al corriente con sus tareas una vez que se recupere.
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La menor, por su parte, recuerda con angustia que nunca le preguntaron si deseaba ser vacunada y que sintió un profundo temor por su vida a causa de la reacción adversa.
"No, la verdad, solamente me dijeron bájate y fórmate, no te muevas", comentó María Fernanda, añadiendo un mensaje directo a los responsables: "Que se hagan responsables porque pues eso no va".
La familia Larios espera que las autoridades educativas y de salud tomen cartas en el asunto, garanticen la salud de María Fernanda y establezcan protocolos estrictos para que el consentimiento informado de los padres sea un requisito ineludible en cualquier jornada de vacunación escolar.
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